La
recuperación de la operación fue más lenta de lo que pensaba. Aún así lo
recuerdo molesto pero soportable y al menos en mi caso era más la grimilla que
me daba ver el drenaje que otra cosa.
Un dato
importante a tener en cuenta, y que yo descubrí solita es que son muy
importantes los cuidados de la herida, y me explico. Mi cirujano después de
unos días me dijo que podía ducharme sin problema y ¡no! ¡no os duchéis! ¡No
pasa nada por hacerse “el lavado del gato”! El problema del agua es que la
herida queda húmeda después de la ducha y se convierte en caldo de cultivo para
infecciones así es que eso fue lo que pasó….chaaan! se me infectaron dos
puntos!.
Cuando mi
madre y yo dedujimos que aquello estaba infectado llamé a Miguel (mi cirujano)
y me mandó con una enfermera amabilísima (ahora no recuerdo su nombre) que me
haría las curas a partir de entonces. Ella lo tenía clarinete, los cirujanos
saben de operar pero no de heridas y es fundamental que las supervise alguien
experto. También me contó que su madre y su tía habían tenido cáncer de mama y
ambas estaban estupendas, que estuviese tranquila que todo pasaba…
Dos semanas
más de espera y dos grapas puestas a lo marine en mi teta fueron el precio que
tuve que pagar por la duchita de las narices.
Primero me
quitaron el resto de puntos, recuerdo metros de hilo de sutura que me dejaron
ojiplática (tengo yo teta cómo para todo ese hilo?) y finalmente las dos
grapitas así que puede empezar a hacer ejercicios para movilizar el brazo.
Ya sabéis
que algunas masectomizadas presentan el síndrome del “hombro congelado”
sobretodo si se extirpan ganglios. Si es una tumorectomía no es tan agudo pero
es muy importante realizar ejercicios de rehabilitación poquito a poco y sobretodo perder el miedo a moverse y a
poner la espalda recta. Yo tardé mucho tiempo en enderezarme e iba andando como
Chiquito de la Calzada hacia delante con el bracico tonto pero poco a poco se
ha ido recolocando ;)
Aquí empezó
mi verano. Duró menos de un mes pero puede bañarme en la playa mientras esperaba
el mapa genético que me diría si necesitaba quimio o no. En mi caso a pesar de
tener un tumor en estadio 1 recibiría protocolo completo de tratamiento pero
tenía la opción de solicitar por vía privada un mapa genético (mammaprint) que
mide la recidiva de la enfermedad en los próximos 10 años, es decir, la
posibilidad de volver a tener cáncer. Si me salía que el riesgo era muy bajo no
recibía quimio pero no hubo suerte aunque esto lo sabría unas semanas más
tarde… mientras tanto disfruté como pude del sol, de la playa, de mis amigos y
amigas y de mi preciosa melena por la cintura a la que le quedaba poco tiempo
de vida.